CALLES , CALLEJONES Y PASAJES

CALLES , CALLEJONES Y PASAJES


Calle Agustin de Betancourt o Bethencourt.








Agustín de Betancourt y Molina (nombre completo: Agustín José Pedro del Carmen Domingo de Candelaria de Betancourt y Molina, también figura como Bethencourt) (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1 de febrero de 1758San Petersburgo, 14 de julio de 1824) fue un prestigioso ingeniero militar e inventor español. Su trabajo varió desde las máquinas de vapor y los globos aerostáticos para la ingeniería estructural y el planeamiento urbanístico. Como educador, Betancourt fundó y dirigió la Escuela de Ingenieros de Caminos y Canales en 1802 y también se le nombró inspector del Instituto del Cuerpo de Ingenieros de Comunicaciones en San Petersburgo. Como diseñador de planos urbanísticos y constructor, Betancourt, supervisó los planos urbanísticos y la construcción en San Petersburgo, Kronstadt, Nizhny Novgorod y en otras ciudades rusas.
 
 
 

Su familia está emparentada con Jean IV de Béthencourt, que participó en la conquista de Canarias y por ello obtuvo el título de señor de las Islas de Canaria. Su padre, Agustín de Bethencourt fue educado en los negocios de la maquinaria textil y su madre Mara de Castro fue una de las primeras mujeres de Tenerife en publicar un artculo cientfico sobre los tintes textiles. Su padre fue un asido participante en la Tertulia de Nava y miembro fundador de la Sociedad económica de La Laguna. Precisamente en la recién creada Sociedad presentó en 1778 su primer diseño, una máquina epicilíndrica para entorchar seda, realizada en colaboración con sus hermanos José de Betancourt y Castro y María de Betancourt y Molina, de la que parece había surgido la idea. María de Betancourt presentaría también a la Sociedad Económica de la Laguna una Memoria de sobre la forma de obtener el color carmesí, muy probablemente la primera memoria científica firmada por una mujer en Canarias.
En 1778 marchó a Madrid a estudiar en los Reales Estudios de San Isidro y, como Clavijo y Fajardo, ya no regresó a las islas. Sus primeros encargos para la Corona, en 1783, son la inspección del Canal Imperial de Aragón y el estudio de las minas de Almadén, sobre cuyo estado redactó tres detalladas memorias; en este mismo año y ante la Corte Real elevó, por primera vez en España, un globo aerostático. En 1784 viajó a París a la prestigiosa École nationale des ponts et chaussées (Escuela Nacional de Puentes y Carreteras). A partir de 1785 llevó a cabo numerosas investigaciones técnicas (Memoria sobre la purificación del carbón piedra, etc.) y comenzó a realizar estudios sobre hidráulica y mecánica y a diseñar y adquirir máquinas por encargo de Floridablanca con vistas a la futura creación en Madrid de un Real Gabinete de Máquinas.
 
 
 
En 2008 se emitió en Rusia un sello conmemorativo celebrando los 250 años de su nacimiento.
Agustín de Betancourt, junto con otras personalidades insignes, fue el propulsor del nacimiento en 1802 de la primera Escuela de Caminos de España, situada en Madrid.
Era políglota: hablaba español, latín, francés, ruso, alemán e inglés.

 
 


A finales de 1807 viajó a San Petersburgo invitado por el Zar Alejandro I de Rusia y permaneció allí durante seis meses. Tras regresar a París para presentar con Lanz el Ensayo ..., regresó a Rusia donde permaneció hasta su muerte al servicio de Alejandro I.
 
 

 
 
 
Nombrado mariscal del ejército ruso, quedó adscrito al Consejo Asesor del Departamento de Vías de Comunicación. Posteriormente fue nombrado Inspector del Instituto del Cuerpo de Ingenieros y, en 1819, Director del Departamento de Vías de Comunicación. A lo largo de los 16 años de su estancia en Rusia alternó la dirección académica del Instituto de Ingenieros con numerosas obras públicas, como el puente sobre el Málaya Nevka, la modernización de la fábrica de armas de Tula o la fábrica de cañones de Kazán, la draga de Kronstadt, los andamiajes para la Catedral de San Isaac o la Columna de Alejandro I, el canal Betancourt de San Petersburgo, la Catedral de la Transfiguración de Nizhni Nóvgorod, la fábrica de papel moneda, el picadero de Moscú, la navegación a vapor en el río Volga, sistemas de abastecimiento de aguas, ferrocarriles, etc. A partir de 1822 comenzó a tener problemas con el Zar y fue sustituido en la dirección del Instituto, quedando relegado hasta su muerte en 1824
 
Tumba en Rusia
 
 




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Pasaje, Pasadizo Pasaje De Las Chapas, Las Palmas De Gran Canaria


















Vista del callejón de las Chapas, en el barrio de Arenales.















 
 
 
 
 
 
Pje de las Chapas, 35004 Las Palmas
 
 
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CALLE PEROJO


 
El modernismo canario es un estilo arquitectónico que se desarrolla en las Islas Canarias (España) y principalmente en Gran Canaria, a lo largo de casi 80 años, desde 1860 hasta la Guerra Civil española. Aunque es parte de una corriente general que surge en toda Europa, el modernismo canario se caracteriza por las influencias recibidas por los ciudadanos ingleses residentes en las islas, adquiriendo un marco propio y diferente, convirtiéndose en el máximo exponente del modernismo español junto con el modernismo catalán.
 

 


 


 


 

 


 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
La Calle Mayor de Triana y la calle Perojo, ambas en Las Palmas de Gran Canaria, son buenos ejemplos de este tipo de arquitectura elegante que se ve, en el caso canario, acentuado por el uso sin complejo de colores y azulejos
 


 


 


 
 
A mediados del siglo XIX la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria se encontraba por su lado norte constreñida en su desarrollo por la antigua muralla cuyo trazado corresponde, aproximadamente, al de la actual calle Bravo Murillo.
No es del todo casual que esta calle, conocida en el momento de demolición de la muralla como “Camino Nuevo”, lleve el nombre de Juan Bravo Murillo, el presidente del Consejo de Ministros bajo cuyo gobierno se proclamó en 1852 la Ley de Puertos Francos. Y es que el ensanche de Las Palmas hacia “fuera de la portada” (en alusión a las planicies y huertas que se extendían más allá de la puerta de acceso a la ciudad desde el norte, abierta en dicha muralla) es, en cierta medida, “hijo” del Puerto de la Luz y de Las Palmas.
Se trataba, en último caso, de ensanchar la ciudad en dirección norte para, además de dar cabida a la creciente población, unir físicamente el casco histórico con el nuevo y pujante Puerto de la Luz, cuya construcción real comenzó en 1883.
 
 
 
 
Para ello se trazaron tres grandes ejes de comunicación, que prolongaban la calle mayor de Triana por la actual calle León y Castillo (otro gran prócer del Puerto de la Luz); la calle de San Francisco -actual General Bravo- por la calle Pérez Galdós y, en última instancia, el actual Paseo de Tomás Morales; y, entre medias, la calle Cano por las calles Viera y Clavijo y Perojo.
Así, en el Plan Urbano de la ciudad redactado entre 1892 y 1898, el arquitecto municipal Laureano Arroyo propuso continuar la calle Viera y Clavijo hasta el Barranquillo de Ciudad Jardín.
 
 
 
A principios del siglo XX, la calle Perojo estaba alineada, parcelada y acondicionada para iniciar la edificación. Pero ya en el dibujo del Plan, que nunca fue aprobado, se ve cuales fueron los problemas para gestionarlo. Las fincas agrícolas a urbanizar significaban demasiados intereses encontrados por la dificultad de acuerdo entre los propietarios. Ello, unido a la escasa fuerza municipal, hará definitivamente inviable la continuación de Perojo más allá de la altura de la Plaza de la Feria.
El planteamiento del ensanche inicial vendría condicionado por la necesidad de establecer una política urbanizadora que albergara a la nueva burguesía y dotara de viviendas de alquiler a la clase media trabajadora. Así pues, la calle Perojo se convierte en un modelo de parcelación y construcción del ensanche, con arquitecturas de gran calidad que van del academicismo de la primera década del XX, al romanticismo de los años treinta, pasando por toda la variedad ecléctica.
 
 
 
 
 

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